Material Complementario Módulo 4: Técnicas de redacción en internet (2): escritura de enlaces. Francisco Javier Cervigon Ruckauer

Si alguna novedad ha traído internet a la redacción, esa es sin duda la posibilidad de enriquecer la escritura con enlaces hipertextuales. Gracias a esos elementos, el texto puede ganar profundidad documental y riqueza narrativa. Sin embargo, para conseguir esos objetivos, es preciso conocer a fondo las posibilidades estilísticas que esconden los enlaces.
Un enlace –también denominado vínculo, hiperenlace, hipervínculo, liga (en México) o, en su forma inglesa, «link»– es un elemento de los documentos electrónicos que encamina al lector a otros puntos, bien sea dentro del propio documento o bien fuera de él. Cuando un usuario del documento aprovecha esa posibilidad de desplazamiento se dice que «navega». Por eso, los enlaces hipertextuales son una herramienta clave en la composición de los textos en internet: son los elementos que permiten desplazarse a través de los contenidos de la publicación, así como dirigirse hacia documentos fuera de ella.
Los enlaces en las páginas web constan de dos componentes principales: el elemento de anclaje y la referencia hipertextual.
El elemento de anclaje indica al usuario cuál es el punto de la página donde debe hacer clic con el cursor en caso de que desee dirigirse a otro destino hipertextual. Estos puntos de anclaje se identifican mediante elementos icónicos o, con más frecuencia, palabras, destacadas gráficamente mediante subrayados, negritas y/o colores distintos del resto del texto. Por ejemplo, en el siguiente párrafo se ha empleado la expresión “Real Academia Española” como punto de anclaje para un enlace:
La Real Academia Española fue fundada en el año 1713 por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena y duque de Escalona, con el propósito de “fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza”.
La referencia hipertextual, por su parte, es aquella que especifica la página o documento de destino que se activará en el navegador en caso de que el usuario pulse el cursor sobre el elemento de anclaje. Este destino habitualmente está oculto en la parte visible de la página y se detalla apenas en el código HTML, mediante la etiqueta correspondiente. Ejemplo:
<a href= “http://www.rae.es”>Real Academia Española</a>
4.1. Consejos de estilo para los enlaces
Escribir enlaces con eficiencia tiene sus reglas. Los mejores sitios de internet se caracterizan, entre otras cosas, por su consistencia formal a la hora de insertar los enlaces en sus contenidos. Sin embargo, éste sigue siendo un aspecto descuidado por la mayoría de las páginas de internet.
Te propongo quince ideas prácticas para conseguir una unidad de estilo en el uso de los enlaces:
 
1) Contrastar con claridad los enlaces y el texto
El internauta debe distinguir con facilidad entre el texto convencional y los enlaces insertos en él. Por regla general, conviene que ambos compartan tipo y tamaño de letra, para evitar un excesivo abigarramiento tipográfico. En cambio, debe buscarse un claro contraste entre texto y enlaces, a través sobre todo de los colores y otros atributos formales como subrayados, negritas o cambios de color al pasar el cursor por encima de los hipervínculos. Lograr un adecuado contraste entre texto y enlaces es tarea que corresponde principalmente a los diseñadores de la web y no tanto a sus redactores. No obstante, parece conveniente reseñarlo aquí, por su gran importancia a la hora de condicionar la legibilidad de los textos en la web.
 
2) Evitar el uso de referencias hipertextuales como puntos de anclaje
Por regla general, en los textos periodísticos no deben utilizarse las referencias hipertextuales (es decir, las direcciones http://... y similares) como puntos de anclaje para los enlaces. Además de resultar poco o nada significativas, afean la imagen de las páginas web, pues generan renglones desparejados. No en vano, las direcciones hipertextuales tienden a ser muy largas y esto hace que los reglones donde se han escrito rompan la armonía estilística de la página. En su lugar, hay que escribir anclajes textuales significativos, conforme a las normas que se han descrito en los puntos anteriores.
Incorrecto:
Washingtonpost.com ha comenzado a experimentar con formatos interactivos de última generación, según se explica en http://www.journalism.co.uk/2/articles/530604.php.
Correcto:
Washingtonpost.com ha comenzado a experimentar con formatos interactivos de última generación, según se explica en un reportaje de Journalism.co.uk.
3) No saturar el texto de enlaces
Cuando un escritor descubre por primera vez el potencial documental y narrativo de los enlaces, es frecuente que abuse de ellos. Sus textos se pueblan de hipervínculos prácticamente en cada frase. Seguro que te has topado alguna vez con ese tipo de textos sobreenlazados, ¿verdad? También presumo lo que habrás pensado en esos casos: “¡Qué desagradable es leer un texto así!”.
Debemos tener en cuenta que todo enlace lleva implícito un mensaje: púlsame. Por lo tanto, la lectura de un texto saturado de enlaces se convierte en una especie de yincana, en la que el internauta se ve obligado a sortear incesantes obstáculos. Los enlaces deben servir para enriquecer la lectura, no para entorpecerla. Un texto periodístico rebosante de enlaces puede dificultar lo esencial: que el lector se entere de la información.
4) Prescindir de los enlaces innecesarios
A veces, el problema no deriva tanto de la cantidad de enlaces insertados como de su calidad. Piensa en cuántas veces has leído en internet textos en los que varios enlaces te han parecido prescindibles. Seguro que son muchas.
En esos textos, el internauta tiene la impresión de que algunos enlaces son más relevantes que otros. Es como si algunos enlaces concentraran la información realmente enriquecedora y otros, en cambio, hubieran sido puestos ahí sin mayor justificación.
Piensa en el siguiente ejemplo:
Incorrecto:
Tras analizar cerca de 200.000 páginas web, el Berckman Center de la Universidad de Harvard ha comprobado que cerca de 19.000 son inaccesibles desde el territorio chino.
Correcto:
Tras analizar cerca de 200.000 páginas web, el Berckman Center de la Universidad de Harvard ha comprobado que cerca de 19.000 son inaccesibles desde el territorio chino.
Decir que el primer texto es incorrecto probablemente sea excesivo. De acuerdo. Pero, ¿por qué el segundo texto está mejor enlazado que el primero?
La dirección web del Berckman Center es <http://cyber.law.harvard.edu>. Por descontado, esa web da acceso directo a la página principal de la Universidad de Harvard. En realidad, el enlace hacia el Berckman Center ya contiene un enlace hacia la Universidad de Harvard <http://harvard.edu>. En este caso, por tanto, la inclusión del segundo enlace resulta absolutamente superflua y, en consecuencia, inconveniente, puesto que resta protagonismo al enlace hacia el Berckman Center, que es el verdaderamente enriquecedor en este contexto.
La regla es sencilla: insertemos solo los enlaces estrictamente necesarios y, ante la duda, quedémonos siempre con los más específicos y prescindamos de los generales. Localizar la portada de un sitio web a partir de una página interior es muy fácil. En cambio, hallar una página interior a partir de una portada es mucho más laborioso. Facilitamos la navegación a los internautas cuando les ofrecemos enlaces a páginas internas o específicas. Sin embargo, cuando yuxtaponemos sin ton ni son tanto enlaces a páginas específicas (internas) como genéricas (portadas), corremos el riesgo de saturar de hipervínculos nuestros textos, dificultando de ese modo la localización de aquellos enlaces que contienen mayor riqueza documental.
5) Distinguir tipográficamente entre enlaces principales y secundarios
Acabamos de ver cómo a menudo se tiende a insertar tanto enlaces relevantes como otros de menor importancia. La opción más sencilla consiste casi siempre en suprimir estos últimos. Pero puede que por alguna razón nos interese mantener esos enlaces de secundarios. ¿Cómo conseguirlo? Una solución tan simple como efectiva es destacar con negritas los enlaces más importantes y dejar solamente subrayados al resto. Comprobémoslo en el ejemplo anterior:
Incorrecto:
Tras analizar cerca de 200.000 páginas web, el Berckman Center de la Universidad de Harvard ha comprobado que cerca de 19.000 son inaccesibles desde el territorio chino.
Correcto:
Tras analizar cerca de 200.000 páginas web, el Berckman Center de la Universidad de Harvard ha comprobado que cerca de 19.000 son inaccesibles desde el territorio chino.
Esta técnica admite otras variantes tipográficas, como por ejemplo la utilización de colores distintos para los diferentes tipos de enlaces, o bien incluso la variación en el tamaño o tipo de las letras. Sin embargo, estas opciones hay que usarlas con reservas, ya que se corre riesgo de que el texto adquiera un aspecto estridente e incómodo para la lectura.
6) Usar los enlaces sólo una vez por texto
Uno de los errores más comunes a la hora de insertar enlaces es su uso repetido en un mismo texto. En efecto, con frecuencia se hallan en internet artículos periodísticos que remiten dos o más veces a un mismo destino hipertextual. Esta práctica resulta absurda, puesto que un lector que ya ha tenido la oportunidad de pulsar en un enlace, difícilmente tendrá motivos para volver a hacerlo (o cambiar de opinión) más adelante. Por esta razón, a menudo este tipo de redundancia resulta altamente enojosa para el lector.
En estos casos, el enlace se debe situar solo la primera vez y, a partir de entonces, el anclaje textual del enlace debe convertirse en texto convencional. Ejemplo:
Incorrecto:
Twitter se ha convertido en un arma explosiva contra la censura. A veces, como en Irán, es la única arma a disposición de la disidencia. Y muchos Gobiernos, como el chino, la temen. Por eso, cuando estalló la violencia étnica en Xinjiang, Twitter fue bloqueado.
Correcto:
Twitter se ha convertido en un arma explosiva contra la censura. A veces, como en Irán, es la única arma a disposición de la disidencia. Y muchos Gobiernos, como el chino, la temen. Por eso, cuando estalló la violencia étnica en Xinjiang, Twitter fue bloqueado.
Se da por sobreentendido que en la versión incorrecta la palabra Twitter remite en las dos ocasiones a la misma referencia hipertextual: <http://www.twitter.com>.
7) Relacionar con consistencia anclajes textuales y destinos hipertextuales
Lee el siguiente párrafo:
Elmundo.es asegura que Fidel Castro se encuentra en estado crítico. En cambio, Elpaís.com señala que las constantes vitales del comandante no han experimentado cambios significativos en las últimas horas y que su situación no es de extrema gravedad.
¿Cuál es el destino hipertextual que esperarías encontrar tras esos dos enlaces? Más concretamente, ¿crees que le conducirían a las respectivas portadas de esas dos publicaciones, o bien a páginas internas que dieran cuenta de la noticia? A poco que lo pienses, verás que caben las dos posibilidades.
Un estilo consistente de enlazado debe permitir, entre otras cosas, que el lector tenga en todo momento una clara intuición sobre cuál es el destino hipertextual que se esconde tras un enlace. En este ejemplo, el usuario que pulse en ambos enlaces lo hará deseando que le remitan a las informaciones correspondientes, pero sin la certeza de que así ocurrirá. Se trata, en fin, de un problema que podemos denominar el “efecto caja de Pandora”.
¿Cómo podría resolverse este problema? Hay una forma sencilla: utilizando los verbos de dicción como puntos de anclaje. Comprobémoslo:
Incorrecto:
Elmundo.es asegura que Fidel Castro se encuentra en estado crítico. En cambio, Elpaís.com señala que las constantes vitales del comandante no han experimentado cambios significativos en las últimas horas y que su situación no es de extrema gravedad.
Correcto (opción 1):
Elmundo.es asegura que Fidel Castro se encuentra en estado crítico. En cambio, Elpaís.com señala que las constantes vitales del comandante no han experimentado cambios significativos en las últimas horas y que su situación no es de extrema gravedad.
Correcto (opción 2):
Elmundo.es asegura que Fidel Castro se encuentra en estado crítico. En cambio, Elpaís.com señala que las constantes vitales del comandante no han experimentado cambios significativos en las últimas horas y que su situación no es de extrema gravedad.
Una vez leídas las dos opciones correctas, volvamos a plantearnos la pregunta inicial: ¿adónde nos llevan los enlaces? En ambos casos no hay atisbo de duda. Tenemos certeza absoluta de que nos conducirán a las páginas donde se da cuenta de la noticia, y en ningún caso a las portadas de esas dos publicaciones. Objetivo cumplido.
La utilización de verbos de dicción como puntos de anclaje hipertextual transmite, como se ve, un mensaje implícito de que el destino hipertextual será la página donde se aportan los detalles de la información, es decir, la noticia concreta.
8) Utilizar anclajes textuales cortos
Para evitar que los enlaces entorpezcan la lectura, conviene que los anclajes textuales sean cortos. Lo ideal es situar los enlaces sobre una única palabra. Sin embargo, dependiendo del contexto, esto no siempre resulta posible. En todo caso, hay que huir de los enlaces que abarcan cláusulas u oraciones completas.
Incorrecto:
La utilización de mascarillas y una buena higiene de las manos en los hogares podría prevenir el contagio del virus H1N1 a otros miembros de la familia, según señala un estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine.
Correcto:
La utilización de mascarillas y una buena higiene de las manos en los hogares podría prevenir el contagio del virus H1N1 a otros miembros de la familia, según señala un estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine.
Hay ocasiones, no obstante, en las que los anclajes compuestos por muchas palabras están plenamente justificados. Por ejemplo, cuando se enlaza con obras, publicaciones o productos a través de sus respectivos nombres, o bien al enlazar con sitios web de organizaciones. Los dos ejemplos siguientes pueden considerarse plenamente correctos, aunque sus anclajes estén formados por varias palabras:
Ejemplo 1:
El famoso óleo de Salvador Dalí titulado ‘La persistencia de la memoria’, que representa varios relojes reblandecidos, forma parte de la colección del MoMA de Nueva York.
Ejemplo 2:
El Centro Nacional de Medicina Tropical, creado en 2001, tiene por objeto “reforzar la asistencia, investigación y docencia en enfermedades tropicales y establecer programas de cooperación científico-técnica con países donde existen estas patologías”.
A veces, cuando un texto periodístico hace referencia a un organismo o institución, ofrece no sólo el nombre completo de la organización sino también su acrónimo, sobre todo si este último resulta incluso más conocido que el propio nombre (por ejemplo, en términos como OTAN, OCDE, FIFA, NBA, etc.). En estos casos –y, por extensión, siempre que aparezca el nombre completo de cualquier organización seguido de su acrónimo entre paréntesis–, conviene situar el anclaje del enlace sobre la abreviatura.
Incorrecto:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece en sus páginas web abundante información sobre los síntomas de la gripe A y sobre sus diversas formas de transmisión.
Correcto:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece en sus páginas web abundante información sobre los síntomas de la gripe A y sobre sus diversas formas de transmisión.
9) Utilizar anclajes textuales significativos
Uno de las claves esenciales para escribir atinadamente los enlaces es emplear anclajes textuales significativos. Las palabras escogidas deben sugerir al lector, con toda la claridad que sea posible, cuál es el contenido que le aguarda tras el enlace e, incluso, cuál es el formato o tipo de documento que se abrirá en caso de que pulse en él.
En particular, hay que huir de los anclajes autorreferenciales que se limitan a decir que un enlace es… un enlace. Nos referimos a expresiones como “pulse aquí”, “haga clic”, “ir”, “leer”, etc. Todas estas expresiones resultan vacías de significado puesto que se limitan a reiterar un mensaje inherente a cualquier enlace. En su lugar, hay que optar por expresiones cortas, pero cargadas de significado.
Incorrecto:
El Fondo Monetario Internacional dibuja en su último informe un panorama económico sombrío, con una caída del PIB mundial del 1,3% este año. Para acceder al texto íntegro, pulse aquí.
Correcto (opción 1):
El Fondo Monetario Internacional dibuja en su último informe un panorama económico sombrío, con una caída del PIB mundial del 1,3% este año. Acceda al texto íntegro.
Correcto (opción 2, mejor aún):
El Fondo Monetario Internacional dibuja en su último informe un panorama económico sombrío, con una caída del PIB mundial del 1,3% este año.
Una sencilla técnica para acertar en la escritura de enlaces es elegir los anclajes conforme a un criterio basado en los tipos de palabras. Las palabras más adecuadas para situar en ellas un anclaje hipertextual son, con gran diferencia de las demás, lossustantivos. Según cuál sea el contexto de la frase, también se puede recurrir a los verbos, e incluso, aunque en mucha menor medida, a los adjetivos y los adverbios. En cambio, salvo casos muy excepcionales, no se deben situar los enlaces sobre losartículos (‘la’, ‘este’, ‘esa’, ‘aquel’, etc.), pronombres (‘vosotros’, ‘mi’, ‘se’, etc.), conjunciones (‘y’, ‘sino’, ‘pero’, ‘luego’, ‘si’, ‘o’, etc.) y  preposiciones (‘a’, ‘hacia’, ‘de’, ‘por’, ‘tras’, etc.).
 
Tipo de palabra
Conveniencia
Ejemplos
Sustantivo
Máxima
La jugada de Nadal dejó boquiabierto al público de París.
Verbo
Elevada
Hace dos semanas, la policía decomisó un cargamento de drogas en un barco pesquero.
Adjetivo
Escasa
Tres de cada cuatro encuestados se muestran pesimistas con respecto a la evolución del paro.
Adverbios
Escasa
El equipo se entrenó intensamente antes de la final.

Así como se emplean palabras aisladas, también se pueden emplear locuciones léxicas para anclar en ellas los enlaces. Puesto que, como acabamos de ver, los sustantivos son máximamente convenientes para fijar en ellos los enlaces, en buena lógica, también lo son las proposiciones sustantivas, es decir, los conjuntos de palabras que cumplen funciones de sustantivo. Aunque menos apropiadas, también pueden aprovecharse con el mismo fin las proposiciones adjetivas y, más excepcionalmente aún, las proposiciones adverbiales.
 
Tipo
de proposición
Conveniencia
Ejemplos
Proposición sustantiva
Máxima
Quien mal anda mal acaba.
Proposición adjetiva
Elevada
El caso de corrupción del que informamos ayer tiene en vilo a la clase política.
Proposición adverbial
Escasa
De continuar así las cosas, una vez más la temporada acabará mal para el Athletic de Bilbao.
 
Otro truco para escoger anclajes textuales significativos consiste en considerar las funciones sintácticas de cada palabra o proposición dentro de la oración. Por lo general, son adecuadas las palabras o proposiciones que cumplen dentro de la oración funciones de sujeto o de complemento directo. También se puede optar por que los enlaces abarquen el predicado completo de las oraciones, siempre que estas no sean muy largas. Más excepcional e inconveniente resulta en principio la ubicación de enlaces sobre cláusulas con función de complemento indirecto y, sobre todo, de complemento circunstancial.
10) Situar los enlaces preferentemente al final de las oraciones, cláusulas o párrafos
Ya hemos dicho que todo enlace lleva consigo la invitación implícita a ser pulsado en ese mismo instante. Así pues, si se insertan los enlaces al comienzo de las cláusulas, oraciones y, sobre todo, de los párrafos, el lector se enfrenta a un dilema: “¿Debo hacer clic ahora mismo en el enlace o bien espero a terminar de leer el párrafo para pulsar en él?”. El matiz puede que te parezca irrelevante. Si es así, lee estos dos ejemplos y reflexiona:
Ejemplo 1:
Visítenos, si desea que su PC se infecte con un virus.
Ejemplo 2:
Si desea que su PC se infecte con un virus, visítenos.
Son dos ejemplos con trampa, de acuerdo. Pero muestran una situación incómoda a la que se ven sometidos con gran frecuencia los lectores de publicaciones digitales.
Cuando el periodista sitúa el enlace al comienzo de una larga cláusula, el lector se ve obligado a tomar alguna de las dos siguientes decisiones, igualmente enojosas: 1) pulsar en el enlace tan pronto como se ha leído, sin saber si el texto que viene a continuación quizá le hubiera hecho cambiar de parecer; o 2) no pulsar en el enlace y retener en su memoria esa intención hasta el final de la cláusula, lo que le obligará a desandar los pasos para retornar al enlace. Lee el siguiente ejemplo y compruébalo por ti mismo:
Incorrecto:
Según un estudio publicado en la revista Annals of Internal Medicine, la utilización de mascarillas y una buena higiene de las manos en los hogares podría prevenir el contagio del virus H1N1 a otros miembros de la familia.
Correcto:
La utilización de mascarillas y una buena higiene de las manos en los hogares podría prevenir el contagio del virus H1N1 a otros miembros de la familia, según señala la revista Annals of Internal Medicine en un reciente estudio.
La forma más sencilla de librar a los lectores de esta pequeña pero constante molestia es acostumbrarse a ubicar los enlaces al final de las oraciones, cláusulas o párrafos, siempre que esto sea posible. Un texto que sitúa los enlaces preferentemente hacia el final se lee más y con mayor comodidad.
11) Remitir a páginas internas de los sitios web, no a las portadas
Los enlaces se insertan en los textos, entre otras cosas, para hacer la vida más fácil a los internautas. Se agradecen cuando propician el acceso directo a una información específica, que amplíe los datos generales ofrecidos en la página de origen. Por lo tanto, el lector se sentirá tanto más complacido cuando más concreta y detallada sea la información de la página enlazada.
Por desgracia, muchos escritores de páginas web se olvidan de esta regla esencial. Así, cuando insertan enlaces, los dirigen hacia las portadas de los sitios web, en lugar de remitirlos hacia las páginas internas que amplían los detalles. Esta es una de las prácticas más exasperantes para muchos internautas, pues obliga a perder tiempo buscando una página interna que el periodista ya conocía y cuya referencia concreta omitió.
Volvamos a un ejemplo anterior y pongámonos en la piel del lector. Si estuvieras interesado en esta información, ¿cuál de las dos versiones agradecerías encontrarte?
Versión 1:
El Fondo Monetario Internacional dibuja en su último informe un panorama económico sombrío, con una caída del PIB mundial del 1,3% este año.
Versión 2:
El Fondo Monetario Internacional dibuja en su último informe un panorama económico sombrío, con una caída del PIB mundial del 1,3% este año.
Seguro que prefieres la segunda versión, ¿verdad? Además de anclar el enlace en una sola palabra en lugar de en tres, esta segunda opción permite acceder directamente al contenido específico que potencialmente más te interesa, el contenido del “informe”. Si posteriormente deseas acceder a la portada de la web del Fondo Monetario Internacional, te resultará muy sencillo pues no tendrás más que hallar o inferir la dirección a partir de la del documento que has abierto.
 
12) Especificar el formato del documento enlazado y su tamaño
La mayoría de los enlaces que aparecen en las publicaciones digitales suelen remitir a páginas .html (Hypertext Markup Language), bien de noticias anteriores de la propia publicación o bien de sitios web relacionados. Sin embargo, esto no siempre es así. Cada vez con más frecuencia, a la hora de ofrecer información relacionada con las noticias, los cibermedios enlazan también con documentos de otros formatos: .pdf (Portable Document Format), .doc (documentos de Microsoft Word), .xls (documento de Microsoft Excel), .rtf (Rich Text Format), etc.
No es raro que estos documentos sean muy voluminosos, con tamaños que llegan a alcanzar varios megabytes (MB) de memoria.  Sea cual sea su tamaño, en muchos casos obligan a activar programas específicos para su visualización. Por estas razones, conviene advertir a los lectores del tipo y el volumen del documento que se esconde tras un enlace. De ese modo les libraremos de la molestia que supone pulsar en un enlace suponiendo que les dirigirá a otra página HTML y toparse, por el contrario, con la descarga de un documento, que puede ser de gran tamaño, y la apertura inopinada de un nuevo programa en el ordenador.
En el siguiente ejemplo, supongamos que el enlace hacia el Informe de Coyuntura Económica conecta con un voluminoso documento PDF.
Incorrecto:
El Instituto Nacional de Estadística ha cifrado el crecimiento real conjunto de la economía en un 2,7%, según su último Informe de Coyuntura Económica.
Correcto (opción 1):
El Instituto Nacional de Estadística ha cifrado el crecimiento real conjunto de la economía en un 2,7%, según su último Informe de Coyuntura Económica (.pdf, 3,2 MB).
Correcto (opción 2):
El Instituto Nacional de Estadística ha cifrado el crecimiento real conjunto de la economía en un 2,7%, según su último Informe de Coyuntura Económica (.pdf, 3,2 MB).
13) Especificar si el enlace remite a una dirección de correo
Una variante muy habitual del caso anterior se da cuando el destino del enlace no es una página HTML, aunque lo aparente, sino una dirección de correo electrónico. En estos casos, conviene disipar toda duda en los lectores y explicitar por completo la dirección del correo electrónico.
Incorrecto:
Si usted fue testigo de los acontecimientos, envíenos sus testimonios y fotografías.
Correcto:
Si usted fue testigo de los acontecimientos, envíenos sus testimonios y fotografías a redaccion@periodico.com.
14) Utilizar iconos para informar sobre atributos del enlace
La información contextual de los enlaces también se puede suministrar mediante pequeños iconos insertos en el propio texto. Estos iconos pueden utilizarse como una forma de sugerir el formato del documento o el comportamiento del enlace. Por ejemplo:
Sugerencia de formato (documento sonoro):
La obertura  de la Flauta Mágica de Mozart es una pieza muy adecuada para iniciar a los niños en la música clásica.
Sugerencia de comportamiento (ventana emergente):
Siga la etapa reina del Tour de Francia en directo 
 
15) Aprovechar los enlaces para componer figuras literarias
Las figuras literarias o retóricas son aquellos usos del lenguaje que, mediante ciertos recursos fónicos, gramaticales o semánticos, dotan a las palabras o locuciones léxicas de especiales connotaciones expresivas. Se trata, por tanto, de todos aquellos recursos de estilo de los que se valen los narradores y poetas para evocar determinadas ideas o imágenes en sus lectores.
Las hay de muchos tipos, si bien se ordenan fundamentalmente en dos familias: figuras de dicción y figuras de pensamiento. Las de dicción se dividen a su vez en figuras de transformación (apócope, sinéresis…), de repetición (aliteración, onomatopeya, anáfora...), de omisión (elipsis, asíndeton…) y de posición (hipérbaton, anástrofe…). Las de pensamiento se subdividen en figuras de amplificación (paráfrasis, digresión…), acumulación (enumeración, epíteto…), lógicas (antítesis, oxímoron…), de definición (prosopografía, etopeya…), oblicuas (circunloquio, lítotes…), de diálogo (invocación, pregunta retórica…), dialécticas (concessio, conciliatio…) y de ficción (personificación…). Existen, en suma, tantas figuras literarias y tropos que, si le interesa el tema, encontrará gruesos manuales dedicados a su definición y ejemplificación (que son, por cierto, dos figuras retóricas en sí mismas).
En la escritura, el uso de las figuras literarias puede alcanzar no solo al texto convencional, sino también a los propios enlaces. En la medida en que un enlace constituye una remisión, más o menos explícita, a otro texto, se puede aprovechar esa relación intertextual para evocar ciertas connotaciones expresivas.
Veamos ejemplos de algunas de las figuras más comunes en los enlaces:
Definitio:
Las mujeres embarazadas están de enhorabuena. Realizar un simple test de sangre podría convertirse en breve en una alternativa a la peligrosa amniocentesis.
En este ejemplo, el enlace remitiría a una página web donde se define esta intervención médica y se explican sus características. Por su parte, en el ejemplo siguiente, la página de destino daría respuesta a la pregunta formulada en el enlace; nos encontraríamos, por tanto, ante una pregunta retórica.
Pregunta retórica:
La gripe aviaria se extiende rápidamente por el sudeste asiático. ¿Cuánto tardará en llegar a nuestro país?
Otra opción muy adecuada es usar el anclaje textual como forma de generar un efecto irónico. Veámoslo:
Ironía:
Después de perder 0-5 contra su máximo rival, el presidente del club dedicó a sus jugadores todo tipo de lindezas.
Podríamos continuar con más ejemplos de figuras literarias generadas mediante enlaces, pero baste con lo apuntado hasta aquí. Como se ve, los enlaces permiten experimentar con muchos juegos literarios. Dependerá de la creatividad y perspicacia del escritor encontrar los modos más convenientes de explotar este sinfín de posibilidades.
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Lecturas complementarias
Salaverría, Ramón, Cinco maneras infalibles de sacar de quicio a tu lector, salaverria.es, 23/10/2012.

Salaverría, Ramón (2005), "Uso periodístico de los enlaces" (pp. 123-129), Redacción periodística en internet, Eunsa, Pamplona. 

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